Los trabajadores de la fábrica de Boeing en la costa oeste de Estados Unidos aceptaron este lunes una nueva oferta de contrato, poniendo fin a una huelga de siete semanas que paralizó la mayor parte de la producción de aviones y agravó la crisis financiera del fabricante estadounidense.
Según el sindicato, los afiliados votaron en un 59% a favor del nuevo contrato, que incluye un aumento salarial del 38% en cuatro años, lo que alivia la presión sobre el nuevo consejero delegado de Boeing, Kelly Ortberg, después de que dos ofertas anteriores fueran rechazadas en las últimas semanas.
«Es una victoria. Podemos ir con la cabeza bien alta», dijo Jon Holden, principal negociador del sindicato, a los afiliados tras el anuncio de los resultados. «Ahora nos toca volver al trabajo».
El fin de la primera huelga en 16 años del mayor sindicato de Boeing supone un alivio para una empresa que ha ido de contratiempo en contratiempo desde que un panel de una puerta se desprendió de un avión 737 MAX en pleno vuelo en enero.
En un mensaje a los empleados de Boeing tras la votación, Ortberg se mostró satisfecho de que el sindicato hubiera ratificado un acuerdo.
«Aunque los últimos meses han sido difíciles para todos nosotros, todos formamos parte del mismo equipo», dijo. «Queda mucho trabajo por delante para volver a la excelencia que hizo de Boeing una empresa emblemática».